jueves, 22 de enero de 2009

·EL AUTOR - PIERRE BAYARD·


Pierra Bayard (nació en 1954) és un autor francés, professor de literatura y conocedor de la psicología. Actualmente esta trabajando como profesor a la Universidad de París VIII.
Su reciente libro "Cómo hablar de los libros que no se han leído" ha sido un best-seller en Francia y ha recibido mucha atención crítica en la premsa inglesa.

Pierre Bayard, psiquiatra y profesor de literatura, es un especialista en títulos y obras paradójicas. “¿Hamlet?”: “Un diálogo de sordos”. “¿Las “Amistades peligrosas”?”: “Una historia de embusteros”. “¿Maupassant?”: “Lo dijo casi todo antes de Freud”. Para su nuevo ensayo, Bayard ha recurrido a una célebre cita de Oscar Wilde: “Jamás leo los libros que debo criticar; para no sufrir su influencia”.

·Bibliografía·
  • Balzac et le troc de l"imaginaire. Lecture de La Peau de chagrin (Lettres modernes-Minard, 1978).
  • Symptôme de Stendhal. Armance et l’aveu (Lettres modernes-Minard, 1980).
  • Il était deux fois Romain Gary (Presses universitaires de France, 1990).
  • Le Paradoxe du menteur. Sur Laclos (Minuit, 1993).
  • Maupassant, juste avant Freud (Minuit, 1994).
  • Le Hors-sujet. Proust et la digression (Minuit, 1996).
  • Qui a tué Roger Ackroyd? (Minuit, 1998 et «Reprise», 2002).
  • Lire avec Freud. Pour Jean Bellemin-Noël, dir. Pierre Bayard (Presses universitaires de France, 1998).
  • Comment améliorer les œuvres ratées? (Minuit, 2000).
  • Enquête sur Hamlet. Le Dialogue de sourds (Minuit, 2002).
  • Le Détour par les autres arts. Pour Marie-Claire Ropars, dir. Pierre Bayard et Christian Doumet (L’Improviste, 2004).
  • Peut-on appliquer la littérature à la psychanalyse (Minuit, 2004).
  • Demain est écrit (Minuit, 2005).
  • Comment parler des livres que l'on n'a pas lus? (Minuit, 2007).
  • L'Affaire du Chien des Baskerville (Minuit, 2008).
·Entrevista con Pierra Bayard sobre su último libro·

¿Qué eco tuvo su libro "Cómo hablar de los libros que no leímos"?
Tuvo gran repercusión, mucho éxito en Francia y en varios países, quizá debido a su ambigüedad porque algunos lectores lo compraron como un manual para desenvolverse en sociedad. Pero es más bien un ensayo de reflexión sobre la lectura.

En algunos círculos, hubo intelectuales que se ofendieron por lo que usted escribió...
Sí, porque en este libro, como en todos mis libros, escribo textos que son un poco humorísticos, lo que significa que no todo lo que digo debe ser tomado al pie de la letra. Pero sucede que algunos lectores tomaron el libro como si todo fuera serio. Y por ejemplo pensaron que yo quería desaconsejar o desalentar a que la gente leyera. Y esa no fue para nada mi intención. Algunos lectores se sintieron afectados porque no vieron que era un libro serio pero también humorístico.

¿Por qué cree que fue así; por qué no entendieron la ironía?

Porque generalmente en el ámbito de las ciencias humanas la tradición es hacer un libro serio. Yo he hecho libros en los que hay una dimensión humorística, o de ficción, de novela. El libro está escrito en parte por un personaje de novela. El narrador del libro dice que es docente en la universidad, que deja de leer, que no le gusta leer, que no lee nunca los libros sobre los cuales dicta el curso. Pero por supuesto no soy yo. O, más bien, soy yo a veces. Pero yo adoro los libros. En las ciencias humanas no se acostumbra a hacer eso. Siempre hay que ser muy serio.

¿Cómo se puede entender lo que usted llamó "creación de sentido" hablando de un libro que no se ha leído? ¿Es una recreación de la génesis de la obra como el autor la experimentó o un sentido nuevo?

Lo que yo trato de demostrar es que existe, de todos modos, una creación de sentido en la lectura de una obra. Aunque no se lea el libro con mucha atención de la primera línea a la última. De todos modos se lo recrea. Si usted vuelve al primer libro de la infancia, comprobará que no es el libro que usted creía. A partir de eso, yo muestro que es muy difícil hablar del mismo libro con otra persona porque cada uno lo reinventó. Sobre todo si le gusta el libro. Desde el momento en que existe esa creación de sentido yo trato de des-culpabilizar a los lectores al explicarles que ellos también tienen derecho a reinventar el libro.

¿Y cuáles son las virtudes del “non reading”?
Quiero eliminar la ambigüedad. El non reading para mí es un ámbito muy vago porque yo trato de demostrar que no están solamente los libros que hemos leído –reading– y los que no hemos leído –los non reading– y que con frecuencia estamos entre los dos. Para un intelectual que lee muchos libros no puede decir que los leyó o no los leyó. Yo no le puedo decir exactamente si leí a Hegel, a Kant o Freud o Lacan. He leído fragmentos. Y después leí muchos textos sobre esos autores. Yo trato de mostrar que a menudo, en el caso de los grandes lectores, están entre el reading y non reading. Y eso es lo que hay que enseñar, creo, a quienes no conocen bien los libros. La virtud de ese espacio que no es solamente reading o non reading, que es el espacio intermedio del gran lector que yo llamaría el espacio de vivir con el libro. Si usted vive con el libro no se trata de reading o non reading. Son compañeros con los cuales usted lleva adelante su vida. Y lo importante es enseñar lo que nosotros, los "grandes lectores" sabemos: que no hay solamente un recorrido en el libro de la primera línea a la última, sino muchos recorridos que un gran lector sabe inventar, a veces recorriendo un libro, a veces mirando primero el final, etc.

¿Nunca se sintió culpable de haber abandonado algunos libros que se pueden considerar importantes?
Creo que la culpa está a menudo ligada a la lectura y yo trato de des-culpabilizar a los lectores diciéndoles que puede ocurrir que uno no pueda llegar a leer un libro importante y que no hay razón para culpabilizar. Yo mismo digo en el libro que nunca llegué a terminar el Ulises de Joyce y no me culpabilizo porque tal vez no sea un libro para mí. Tal vez no sea ahora y llegue a serlo más adelante. Lo que hay que hacer es encontrar los libros realmente importantes en nuestra vida.

¿Entonces no existe "el libro" que podamos leer todos?
Eso es. Creo que los libros son como los seres humanos: no estamos obligados a enamorarnos de todas las personas que conocemos. Hay ciertos seres importantes para cada uno. Y hay algunos libros importantes para cada uno. Hay que aprender a encontrarlos.

¿Está de acuerdo con lo que propone Daniel Pennac en "Los derechos imprescriptibles de los lectores"?
Mire, a decir verdad, no he leído ese libro de Daniel Pennac. Todo el mundo habla de él. Pero por el hecho de conocer sus novelas, que me gustan mucho, supongo que debemos de tener posiciones bastante próximas: de aprender a ser más libres con los libros.

Y si tiene la obligación de leer un libro por trabajo, por ejemplo, y el libro no le gusta y no quiere seguir leyéndolo, ¿qué hace con la obligación?
Creo que nos encontramos todos, entre los intelectuales, en dificultades. Muchos libreros vinieron a verme, también periodistas y me dicen. "Muchas veces me veo obligado a recorrer un libro porque no tengo tiempo o porque no me gusta y hasta entonces me sentía culpable, pero gracias a su libro ya no me siento culpable". Y sabemos que no es posible leer todos los libros que deberíamos leer. Por supuesto, a veces interrumpo la lectura o sobrevuelo el libro y voy a ver el final.

¿Su libro no es un poco pesimista respecto de la lectura?
En todo caso, para mí es más bien optimista. Trata de mostrar que cada uno debe descubrir su propio camino hacia los propios libros. Muchas veces ocultamos, vacilamos en decir que recorremos los libros. A partir de eso, trato de reconciliar a la gente, sobre todo a los jóvenes, con la lectura. Es un libro de amor por los libros.

Terminó la Feria del Libro de París. En Buenos Aires recién empezó. ¿Qué sensación tiene cuando ve montones de libros y librerías? ¿No cree que hay más libros de los que un país entero puede leer en una vida?
Yo siento más bien felicidad de ver tantos libros y pensar que los libros todavía pueden tener un lugar tan importante en la sociedad. Para mí, una feria del libro es como una biblioteca o sea que no es un lugar de angustia porque soy un intelectual y conozco los caminos. Conozco editoriales, puedo clasificar los libros, no estoy perdido. Pienso que para mucha gente una feria del libro o una biblioteca es algo aterrador. Y creo que tenemos que enseñarles a las personas que les tienen miedo a los libros a orientarse en la cultura. Y es lo que trato de mostrar en el primer capítulo del libro. El intelectual no es solamente el que lee, sino quien conoce el camino para organizar sus lecturas. El que no se pierde en una biblioteca o una feria del libro.

¿No teme que, además de desacralizar el acto de la lectura, su planteo autorice a una práctica libertina de la crítica de libros? Como autorizar a hacer crítica de libros sin leerlos.
También en este caso, lo que yo discuto es esa actitud de leer-no leer porque creo que muchas veces, sobre todo, en el caso de los periodistas que informan sobre libros, ellos se encuentran entre lectura y no lectura. Creo que esa distinción leer-no leer no es relevante. Culpabiliza a mucha gente. Sí, estoy más bien a favor de una práctica libertina de los comentarios de libros. Lo cual no quiere decir que yo aliente a los periodistas a no leer los libros que comentan. Significa que pienso que muchas veces están en ese espacio intermedio que es un espacio de creación del libro.

¿Qué cree? ¿Los que reseñaron su libro, lo leyeron o no?
No, muchos no lo leyeron y es evidente. Me daba cuenta hablando con ellos. Algunos leyeron los títulos simplemente, las solapas. Pero incluso ésos ya empezaron a reflexionar sobre la lectura. Si esos periodistas tomaron el libro y lo pusieron en su biblioteca, tal vez dentro de un mes o un año volverán a continuar el libro. Y eso es lo que yo llamo vivir con los libros. Es diferente de leer. Es hacer del libro un compañero de vida. Y creo que algunos periodistas aprendieron cosas con ese libro sin haberlo leído completamente. Pero lo convirtieron en un compañero de vida y para un escritor es una gran felicidad.

·"CÓMO HABLAR DE LOS LIBROS QUE NO SE HAN LEÍDO"·
IV. CON EL SER AMADO

El libro de Bayard posee un título provocador que puede atraer a los enemigos de la lectura, pero es una ironía. Representa la impotencia del gran lector ante la incomensurabilidad de las pilas de libros en las librerías y ante la cantidad de títulos que se publican en todo el planeta. Es una propuesta sobre cómo afrontar el desafío de la lectura. Para eso, Bayard hace un llamado a la honestidad, a reconocer los límites de cada uno como lector.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bien tienes un 9 del blog y un 7 del examen

La nota final de la 2ª evaluación será seguramente un 8